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lunes, 26 de junio de 2017

CARBUNCO O ANTRAX


El carbunco es una enfermedad infecciosa, aguda y grave, producida por una bacteria llamada Bacillus anthracis. También es conocida como ántrax maligno o ántrax, sin embargo, todavía existen algunas discrepancias sobre si la utilización de este término es del todo correcta o no. El género Bacillus está constituido por bacilos grampositivos, aerobios estrictos o anaerobios facultativos (es decir, algunos de ellos requieren oxígeno para crecer y realizar su metabolismo mientras que otros pueden hacerlo con o sin él), y capaces de formar esporas resistentes a condiciones extremas de temperatura, humedad, rayos ultravioleta, radiaciones y muchos desinfectantes.
El Bacillus anthracis se localiza fundamentalmente en los animales herbívoros como ganado vacuno, caprino, porcino y ovino, y en los suelos, donde se encuentra en forma de espora. Y es que esta bacteria, cuando se expone al oxígeno del aire, forma esporas muy resistentes que pueden permanecer viables en los suelos contaminándolos durante años. El Bacillus anthracis se puede encontrar en todo el mundo, siendo más común en países en desarrollo o países sin programas públicos de salud veterinaria. Es más frecuente en algunas regiones del mundo que en otras, predominando en América del Sur y Central, Europa del Sur y Oriental, Asia, África, y Oriente Medio.
El carbunco tiene dos formas de presentación diferentes: la forma localizada o cutánea, en la que se afecta únicamente la piel, y la forma sistémica, en la que puede haber afectación respiratoria, digestiva, o del sistema nervioso. La forma cutánea es mucho más frecuente y suele tener buen pronóstico la mayoría de las veces, mientras que la forma sistémica, mucho más rara, es grave y puede producir la muerte en un porcentaje relativamente alto de los casos.

Cómo se transmite el carbunco o ántrax

El ser humano puede adquirir el carbunco a través del contacto directo de la piel con carne, pelos, lanas, cueros, o productos procedentes de animales infectados que han muerto por carbunco. Para que se pueda producir la infección es necesario que la piel de la persona esté lesionada, bien sea por una herida, un corte, o cualquier otro daño, de tal forma que el microorganismo pueda penetrar a través de esa zona y llegar al interior del cuerpo. Otras formas de contraer la enfermedad son la inhalación de esporas (el carbunco por inhalación se produce cuando las esporas del Bacillus anthracis penetran en los pulmones a través del tracto respiratorio), o la ingesta de carne contaminada.
Aunque cualquier persona puede contraer la enfermedad por contacto, ingestión, o inhalación de esporas, el carbunco ha sido tradicionalmente una enfermedad profesional, es decir, afecta sobre todo a determinados profesionales (ganaderos, veterinarios, curtidores, cardadores) que se encuentran en un contacto más estrecho con los animales infectados o sus productos contaminados (cuero, lana). Es importante tener claro que haber estado expuesto al Bacillus anthracis no es sinónimo de contagio, ya que puede haber exposición sin que se desarrolle la enfermedad.
Entre seres humanos la enfermedad no se transmite por inhalación; es decir, una persona con carbunco pulmonar no puede contagiar a otras a través del estornudo o las secreciones respiratorias. En personas que presentan lesiones cutáneas, aunque el riesgo de contagio es bajo, sí puede darse, por lo que en estos casos se recomienda aislamiento de contacto como medida preventiva.
En las últimas décadas las esporas de B. anthracis se han desarrollado como arma biológica, debido a su fácil cultivo, resistencia a condiciones adversas y antibióticos, y elevada letalidad por inhalación. En EEUU, en otoño del año 2001, se registraron varios casos de bioterrorismo relacionados con el envío de cartas con esporas de B. anthracis. El resultado fue un total de 22 personas infectadas, 5 de las cuales fallecieron.
SINTOMAS
El carbunco o ántrax, la enfermedad producida por el B. anthracis, puede afectar a la piel (forma cutánea), a los pulmones (forma pulmonar), y al aparato digestivo (forma gastrointestinal). El tiempo que transcurre entre la exposición al microorganismo y la aparición de los primeros síntomas (período de incubación) es variable, y oscila entre uno y 56 días.
La forma cutánea del ántrax es la más frecuente (95% de los casos), la respiratoria representa el 5%, y la gastrointestinal es excepcional. Estas dos últimas formas son muy graves y tienen una mortalidad elevada. Veamos los síntomas característicos de cada una de estas formas de carbunco con más detalle:

Síntomas de la infección cutánea por carbunco o ántrax

Ocurre cuando las esporas del Bacillus entran en contacto con un corte o un rasguño de la piel. Unos tres o cuatro días después de que se produzca la exposición cutánea aparece sobre la piel la denominada pústula maligna o ántrax, que es una lesión de aspecto similar a la picadura de un mosquito, y que causa mucho picor. Después, ésta se transforma en una úlcera no dolorosa rodeada de pequeñas vesículas, las cuales pueden llegar a sangrar. Finalmente, las células de la piel mueren y la úlcera evoluciona a una escara necrótica central con mucho edema e inflamación a su alrededor.
No es raro que se vean afectados los ganglios linfáticos cercanos a la zona de la lesión. Pocas veces se produce afectación sistémica, y la mortalidad es excepcional. La lesión cura en una o dos semanas, pero el edema puede persistir bastante más tiempo.

Síntomas de la infección pulmonar por carbunco o ántrax

Sucede cuando las esporas son inhaladas y llegan a los pulmones a través de la vía respiratoria, donde germinarán posteriormente. En algunos casos, la esporas pueden permanecer hasta 60 días en los ganglios linfáticos del tórax hasta que se produce su germinación. Lo más común es que los síntomas de la infección pulmonar por carbunco aparezcan a los tres-catorce días de haberse producido la exposición al microorganismo. Las manifestaciones más frecuentes son fiebre, dolor de cabeza, tos y dolores musculares generalizados (es decir, síntomas similares a los de una gripe).
Pocos días después, bruscamente, el estado general se deteriora y aparece dificultad para respirar, dolor torácico, y expectoración de sangre por la boca procedente del aparato respiratorio (lo que se conoce en términos médicos como hemoptisis). Esto se debe a que las esporas del B. anthracis que se inhalan son transportadas hacia el mediastino –situado entre las dos pleuras, en el centro del tórax–, donde germinan y producen necrosis e importantes hemorragias a ese nivel. Rápidamente progresa produciendo sepsis, a veces acompañada de meningitis, por lo que los enfermos acaban falleciendo en pocos días. Aunque esta forma de presentación no es muy frecuente, es altamente mortal, ya que acaba con la vida del 75-100% de los enfermos.

Síntomas de la infección gastrointestinal por carbunco o ántrax

Este tipo de infección por ántrax está relacionada con el consumo de carne contaminada poco cocinada. Sus síntomas son náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarrea, fiebre e incluso hemorragia digestiva (expulsión de sangre roja por la boca o expulsión de heces de color negro). Aunque es muy rara y difícil de identificar, esta forma de presentación es también altamente mortal.

DIAGNOSTICO

Para hacer el diagnóstico del carbunco o ántrax es necesaria la existencia de un antecedente epidemiológico; es decir, es preciso haber estado expuesto al germen Bacillus anthracis o a sus esporas. Aunque puede afectar a cualquier persona, esta enfermedad es más frecuente en determinadas profesiones, como granjeros, ganaderos o veterinarios, por su contacto continuo con animales; sin embargo, el hecho de haber estado expuesto no significa que una persona tenga que desarrollar la enfermedad necesariamente.
Existen diversos métodos diagnósticos para detectar el carbunco:
  • Diagnóstico clínico: en el caso del carbunco cutáneo, la lesión que aparece en la piel es tan típica que muchas veces se puede realizar el diagnóstico solo con su visualización. Sin embargo, debe diferenciarse de otras enfermedades que causan lesiones parecidas, como el ántrax estafilocócico (producido por un microorganismo diferente que es el Staphilococcus), o la tularemia. La lesión del carbunco cutáneo es la llamada pústula maligna o ántrax, que inicialmente se parece a la picadura de un mosquito, posteriormente se transforma en una úlcera no dolorosa rodeada de vesículas y, finalmente, evoluciona a una escara necrótica central rodeada de una zona de gran edema e inflamación. Cuando quedan dudas y con la inspección visual no es suficiente se puede realizar una biopsia cutánea, aunque de entrada no está indicada.
  • Diagnóstico microbiológico: es el más utilizado y su objetivo es demostrar la presencia del Bacillus anthracis en muestras biológicas obtenidas de las personas que se sospecha que puedan estar infectadas. El diagnóstico microbiológico del ántrax se realiza a partir de muestras obtenidas de la piel, de las vías respiratorias, del líquido cefalorraquídeo, o de la circulación sanguínea, las cuales son analizadas posteriormente al microscopio, o colocadas sobre placas de cultivo, donde el B. anthracis crece formando colonias con una forma característica. Al microscopio, el B. anthracis se evidencia mediante la tinción de Gram, observándose bacilos Gram positivos que se presentan en forma aislada o en cadenas cortas.
  • Serología: la determinación de anticuerpos específicos en sangre (los anticuerpos o inmunoglobulinas son unas sustancias formadas por el sistema inmunológico que se unen a determinadas partes del microorganismo para proteger al cuerpo de éste) puede ser útil para realizar el diagnóstico del carbunco. Sin embargo, tiene ciertas limitaciones, ya que las personas recién vacunadas pueden presentar niveles altos de anticuerpos, lo que falsea el resultado.
  • Técnicas moleculares: existen finalmente técnicas moleculares (detección de ADN por PCR o reacción en cadena de la polimerasa) que permiten realizar el diagnóstico de una forma rápida y segura, sin embargo, son muy caras y no siempre están disponibles en los laboratorios.
  • Otras pruebas: la realización de otras pruebas como una radiografía de tórax, o una tomografía computarizada se realizan solo si el médico lo considera oportuno para poder realizar un estudio más detallado de la enfermedad.
En lo que respecta al diagnóstico del carbunco en animales, la enfermedad debe sospecharse si los animales mueren de una forma repentina. Los veterinarios deben excluir el carbunco como causa de la muerte antes de que cualquier persona pueda manipular el cadáver. El motivo es que la bacteria del carbunco que afecta a los tejidos, al entrar en contacto con el aire, se convierte en esporas resistentes al medio ambiente, capaces de contagiar a otros huéspedes susceptibles. El diagnóstico del carbunco en animales se realiza mediante el examen de frotis de sangre al microscopio. La bacteria del carbunco en un animal muerto, o en el cuero, la piel, la lana, o el suelo, puede detectarse cultivando el microorganismo en un medio artificial. También se pueden usar otras pruebas de laboratorio como la reacción en cadena de polimerasa (PCR). 
TRATAMIENTO
Cuando una persona desarrolla carbunco o ántrax el tratamiento consiste en la administración de antibióticos. En la forma cutánea suele bastar con la administración de un único fármaco por vía oral, mientras que en la afectación pulmonar o meníngea (más grave) se utilizan varios antibióticos para combatir el germen, administrándose algunos de ellos por vía intravenosa.
La penicilina es el tratamiento de elección en las formas cutáneas de carbunco. Se administra por vía oral la mayoría de las veces, aunque en los casos de mayor gravedad se puede administrar vía intramuscular o vía intravenosa. Si el enfermo es alérgico a la penicilina se pueden utilizar otros antibióticos como la doxiclina o las quinolonas. La duración del tratamiento suele ser de unos 7-10 días.
En las formas asociadas al bioterrorismo (carbunco pulmonar), dado que son muy graves y puede haber resistencia a la penicilina, se recomienda utilizar otros antibióticos como el ciprofloxacino, que se administra asociado a clindamicina. El ciprofloxacino se administra por vía intravenosa al principio, y posteriormente por vía oral. El tratamiento en estos casos puede prolongarse hasta 60 días, que es el tiempo que pueden llegar a tardar en germinar las esporas en el aparato respiratorio. Si existe afectación neurológica se añadirá al tratamiento otro antibiótico, que suele ser la rifampicina.

Prevención del carbunco o ántrax

Las medidas preventivas son fundamentales para evitar el contagio, especialmente en aquellas profesiones de riesgo. Existe además una vacuna disponible contra el Bacillus anthracis, pero ésta solo se administra a ciertas personas, como por ejemplo militares o personas que trabajan con este microorganismo en laboratorios.
En las zonas de mayor riesgo (regiones agrícolas y ganaderas) es fundamental el control de la enfermedad mediante la vacunación de los animales. Deben vacunarse anualmente todos aquellos animales susceptibles de padecer la enfermedad, fundamentalmente herbívoros como ovinos, bovinos, caprinos y equinos. Si los animales muestran síntomas de la enfermedad, se recomienda iniciar tratamiento con antibióticos.
También se pueden adoptar otras medidas como la imposición de cuarentenas o la eliminación de los animales muertos y de los materiales contaminados. En aquellas personas que por su profesión están más expuestas al contagio por B. anthracis es importante utilizar medidas de protección como son el uso de guantes o mascarillas. Así, se consigue evitar el contagio en un alto porcentaje de los casos.
La vacunación, que presenta una eficacia mayor del 90%, está indicada únicamente en aquellas personas que por su profesión presentan mayor riesgo de contagio, como son algunos veterinarios, ganaderos, o personal militar.
En aquellos sujetos que han estado expuestos al microorganismo, y que por tanto tienen riesgo de haberse contagiado, se recomienda la administración de antibióticos como ciprofloxacino durante 6-8 semanas de forma preventiva, con el objetivo de evitar la aparición de la enfermedad. Se considera que han estado expuestas a la infección las personas que hayan tomado contacto directo con el animal muerto o con sus productos, o que hayan estado en ambientes contaminados con esporas procedentes de la sangre, pelo o lana, o por consumo de animales muertos de carbunco.
En el hombre la enfermedad no se transmite por inhalación; es decir, una persona con carbunco pulmonar no puede contagiar a otras a través del estornudo o las secreciones respiratorias. Por ello, no es necesario aislamiento respiratorio. En personas que presentan lesiones cutáneas sí es necesario establecer aislamiento de contacto, ya que aunque el riesgo de contagio es bajo, sí puede darse. Finalmente, es importante descontaminar todos aquellos materiales que puedan estar contaminados por haber estado en contacto con el germen.