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jueves, 8 de junio de 2017

EPOC


Qué es

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica, conocida con las siglas EPOC, consiste en la obstrucción persistente de las vías respiratorias.
“Esta enfermedad de los bronquios está producida por la exposición a humo de tabaco principalmente y ocasiona una pérdida de la función pulmonar acelerada”, explica Bernardino Alcázar, neumólogo en el Hospital de Alta Resolución de Loja (Granada) y miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), quien señala que en España afecta al 10,2 por ciento de la población adulta española mayor de 40 años. “Principalmente se da en personas expuestas al humo del tabaco, ya sea de forma activa o pasiva”.
La EPOC puede aparecer en forma de dos trastornos diferentes: el enfisema y la bronquitis crónica.
  • El enfisema consiste en un ensanchamiento de los alvéolos (pequeños sacos de aire de los pulmones) y la destrucción de sus paredes.
     
  • La bronquitis crónica se manifiesta en forma de tos crónica persistente, que produce esputo y que no se debe a una causa clínica perceptible, como el cáncer de pulmón, sino que las glándulas bronquiales se dilatan, provocando una secreción excesiva de mucosidad.
Ambas enfermedades van muy ligadas y suelen presentarse simultáneamente, o bien una acaba provocando la otra. Este es el motivo de que enfisema y bronquitis crónica se agrupen bajo la denominación enfermedad pulmonar obstructiva crónica, de la que podrían considerarse como dos formas de presentación distintas. Generalmente los racimos de alvéolos conectados a las pequeñas vías aéreas (bronquiolos) tienen una estructura relativamente rígida y mantienen abiertas esas vías.
En el caso de enfisema, las paredes alveolares están destruidas y los bronquiolos pierden su apoyo estructural y se colapsan al respirar. En el enfisema, la reducción del flujo de aire es permanente. En la bronquitis crónica, contribuyen a la obstrucción del flujo de aire la inflamación de las pequeñas vías aéreas, la cicatrización de sus paredes, la hinchazón de su revestimiento, la mucosidad y el espasmo del músculo liso.
Así, en esta enfermedad la obstrucción del flujo de aire es parcialmente reversible si se usan fármacos broncodilatadores. Los afectados por la enfermedad pulmonar obstructiva crónica están más expuestos al riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón que cualquier otra persona. También puede influir en el desarrollo de problemas cardiacos.

Causas

La EPOC es la más común de las enfermedades crónicas de pulmón en todo el mundo. Millones de personas padecen EPOC, que es la segunda causa de incapacitación laboral después de las enfermedades cardiacas.
Los principales afectados por la enfermedad son las personas expuestas a los dos factores externos que contribuyen en mayor medida a su desarrollo: fumar y trabajar en ambientes contaminados. Por eso la enfermedad incide especialmente entre los mineros de carbón, los que trabajan con cereales, en la metalurgia y otros trabajadores expuestos al polvo.

La polución atmosférica

La polución atmosférica, es decir, el incremento de partículas y gases anómalos en la atmósfera también entraña riesgos. El monóxido de carbono y el óxido de sulfuro procedentes de la combustión de gasolina, los hidrocarburos de los automóviles o el ozono, por citar unos ejemplos, producen irritación de las vías respiratorias y dificultan el transporte del oxígeno por el cuerpo.
La bronquitis crónica, de hecho, es dos veces más frecuente en las zonas industriales y en las grandes ciudades que en el campo. Este factor combinado con el anterior, el tabaco, es la causa principal de la mayor parte de casos de enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

Infecciones

Aunque está fuera de dudas que raras veces una infección es la causa inicial de la EPOC, sí que puede afirmarse que una infección puede ser la responsable de que se agrave una irritación previa desencadenada por los dos factores anteriores.
Una infección también puede desencadenar brotes posteriores de la enfermedad. Si durante la infancia se han sufrido repetidas infecciones pulmonares, el adulto estará más predispuesto a la EPOC.

Síntomas

“Los síntomas iniciales son insidiosos y consisten principalmente en tos y expectoración”, afirma Alcázar. “Cuando la enfermedad va progresando aparecen otros síntomas de alarma, como la dificultad para respirar o las crisis (conocidas como exacerbaciones)”.
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica tiene, principalmente, dos estadios:
En las primeras fases de la enfermedad, la concentración de oxígeno en la sangre está disminuida, pero los valores del anhídrido carbónico permanecen normales.
En las fases avanzadas, cuando la enfermedad es más grave, los valores del anhídrido carbónico se elevan mientras que los del oxígeno siguen disminuyendo.
La EPOC se manifiesta de distintas formas, tanto en el caso de la bronquitis crónica como del enfisema, y los síntomas iniciales pueden aparecer al cabo de 5 ó 10 años de fumar o de estar expuesto a gases contaminantes.
Algunos síntomas pueden ser:
  • Tos y aumento de la mucosidad, normalmente al levantarse por la mañana.
     
  • Tendencia a sufrir resfriados de pecho.
     
  • El esputo que se produce durante estos resfriados con frecuencia se vuelve amarillo o verde debido a la presencia de pus.
     
  • A medida que pasan los años, estos catarros de pecho se vuelven más frecuentes.
     
  • Respiración sibilante.
     
  • Sensación de ahogo cuando se hace un esfuerzo y, más adelante, ahogo en actividades diarias, como lavarse, vestirse y preparar la comida.
     
  • Un tercio de los pacientes experimenta pérdida de peso importante.
     
  • Hinchazón en las piernas, debida a la insuficiencia cardiaca.

Prevención

La única manera de prevenir la enfermedad es no exponerse a los factores de riesgo que la originan. Como se ha dicho, estos factores son el tabaco y los ambientes contaminados. Por eso, para prevenir la enfermedad pulmonar obstructiva crónica es fundamental no fumar. También es muy importante mantener un buen estado de salud general, realizar ejercicios y seguir una dieta sana para aumentar la resistencia del cuerpo a las infecciones. La importancia de los ejercicios, ya sea en el hospital o en casa, radica en que contribuyen a aumentar la independencia y la calidad de vida del afectado. Además, disminuyen la frecuencia y el tiempo de hospitalización del enfermo.

Hacer ejercicio

La filosofía de la práctica del ejercicio es la siguiente: los pacientes que sufren la enfermedad pulmonar obstructiva crónica necesitan energía extra para poder respirar. Si se usa esa energía de manera más efectiva para respirar, el paciente tendrá más energía restante para llevar a cabo sus acciones diarias y para participar en nuevas actividades. Las mejorías en la respiración pueden conseguirse, en gran medida, haciendo deporte, pero es muy importante que los ejercicios se hagan bajo supervisión médica y con el asesoramiento de especialistas.
El ejercicio, a todos los niveles, mejora la utilización del oxígeno, la capacidad de trabajo y la mentalidad de los pacientes que sufren la enfermedad. Las actividades de bajo esfuerzo son más fáciles de practicar, para estos enfermos, que las actividades de alta intensidad. Entre otros, se pueden hacer los siguientes ejercicios:
  • Parte inferior del cuerpo: bicicleta fija, subir escaleras, caminar, etcétera. Estos ejercicios fortalecen las piernas y aumentan el tono muscular y la flexibilidad. Ayudan a moverse mejor.
     
  • Parte superior del cuerpo: ejercicios diseñados para mejorar la fuerza de los músculos respiratorios, los músculos del brazo y los hombros. Fortalecerlos es importante porque aguantan la caja torácica, mejoran la respiración y hacen más fácil llevar a cabo actividades cotidianas, como transportar bolsas, hacer la cama o levantar objetos. Un ejercicio útil es, por ejemplo, el levantamiento de pesas.

Consejos a la hora de hacer ejercicio

Teniendo en cuenta que la forma física se pierde rápidamente cuando la persona interrumpe el programa de ejercicios, es básico que el paciente se marque unos objetivos que pueda alcanzar y que los vaya aumentando progresivamente. Además de los ejercicios, es recomendable que la persona siga algunos otros consejos:
  • Acompañar los ejercicios de una alimentación saludable.
     
  • Hacer calentamiento antes de los ejercicios.
     
  • Cambiar de ejercicios y hacerlos variados para que el paciente no se aburra y desista: nadar, andar, hacer pesas, practicar aeróbic de baja intensidad.
     
  • Practicar ejercicio con amigos para hacer la actividad más amena.
     
  • Seguir con el ritmo habitual y no intentar realizar esfuerzos excesivos.
     
  • Detener las actividades ante cualquier molestia y consultar al médico.

Tipos

La enfermedad se clasifica en la actualidad en fenotipos o formas de presentación clínica. “Consisten en el enfisema (destrucción del tejido pulmonar por el tabaco), la bronquitis crónica (definida como tos con expectoración durante varios meses al año) y el fenotipo mixto EPOC-Asma (pacientes que presentan rasgos de estas dos enfermedades tan comunes)”, especifica el especialista de Separ.

Diagnóstico

Cuando se hace una exploración física el médico puede no hallar nada anormal, aparte de la respiración sibilante que escucha con el fonendoscopio. Las radiografías de tórax también pueden dar resultados normales. Además, a medida que evoluciona la enfermedad, los movimientos del tórax disminuyen durante la respiración y se hace más difícil escuchar los ruidos de la respiración con el fonendoscopio. Por este motivo, para hacer un diagnóstico correcto se requiere un aparato denominado espirómetroque mide el volumen espiratorio máximo por segundo y otros flujos y volúmenes respiratorios. Sólo con esta prueba se puede demostrar la obstrucción o reducción del flujo de aire que presenta una persona que tenga la enfermedad.
Esta prueba es inmediata y no produce dolor.

Tratamientos

El tratamiento debe ir enfocado en primer lugar a que el paciente abandone el tabaco. “Una vez que lo ha hecho utilizamos los broncodilatadores para mejorar los síntomas de los pacientes y los fármacos antiinflamatorios para disminuir el número de crisis”, explica Alcázar. “Como medidas generales no farmacológicas recomendamos la práctica de ejercicio físico de forma habitual y las vacunaciones”.
En líneas generales las recomendaciones que deben seguir los pacientes son:
  • Dejar de fumar. Abandonar el tabaco es útil en cualquier fase de la enfermedad.
     
  • Tratar de evitar la exposición a partículas irritantes en el aire.
     
  • La EPOC puede empeorar si la persona tiene gripe o neumonía. Por eso quienes padecen esta enfermedad deben vacunarse contra la gripe cada año, además de recibir una vacuna antineumónica cada seis.
     
  • Usar broncodilatadores para reducir el espasmo muscular. La inflamación en las vías aéreas puede disminuir mediante el uso de corticosteroides, pero sólo un 20 por ciento de pacientes responden a ellos.
     
  • Para expulsar las secreciones no hay ninguna terapia válida, pero evitar la deshidratación bebiendo suficiente líquido puede prevenir las secreciones espesas y ayuda a mantener la orina clara.
     
  • La administración de oxígeno ayuda a disminuir el ahogo que sienten los enfermos cuando realizan actividades diarias. A largo plazo, además, prolonga la vida de las personas que padecen esta enfermedad con una concentración de oxígeno en la sangre extremadamente baja; el oxígeno reduce el exceso de los glóbulos rojos, mejora la función mental y reduce la insuficiencia cardiaca.
     
  • En pacientes con un déficit grave de la proteína alfa1-antitripsina se puede sustituir la proteína que falta mediante infusiones intravenosas semanales.
     
  • En personas con enfisema grave se puede hacer una cirugía conocida como reducción del volumen pulmonar. Esta opción sólo es viable en las primeras etapas de la enfermedad. En esta cirugía se extirpan las partes más afectadas del pulmón para permitir que éste y los músculos respiratorios restantes funcionen mejor.
     
  • En casos extremos se puede llegar a transplantar el pulmón. Esta opción sólo se lleva a cabo con determinados pacientes menores de 50 años.
     
  • Hacer ejercicio, ya sea en casa o mientras se está ingresado en el hospital.