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sábado, 17 de junio de 2017

RABIA


La rabia es una enfermedad vírica aguda mortal que afecta al sistema nervioso central, y que se transmite al hombre normalmente por la saliva a través mordeduras o arañazos de animales domésticos o salvajes que están infectados. Hasta en el 99 por ciento de los casos por rabia, el virus se transmite por perros domésticos.

Causas

Es una enfermedad que afecta a diferentes animales domésticos y salvajes, la infección en humanos se produce por mordedura y/o arañazos.
El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad advierte que:  “cualquier otro contacto con una especie sensible a la rabia como, por ejemplo, un rasguño profundo con hemorragia y una lamedura sobre piel y mucosa y en un lugar donde está presente la rabia debe tratarse con precaución. En los países desarrollados la transmisión se produce normalmente a través de las mordeduras de los perros”.
Aunque existe la posibilidad de transmisión de persona a persona aún está por confirmar.  Igualmente está pendiente de confirmar  la transmisión mediante la ingestión de carne cruda o de otros tejidos de animales infectados. También es raro, pero puede darse el caso de la transmisión mediante el transplante de órganos infectados o inhalación de aerosoles que contengan el virus,  tal y como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En Asia y África en más del 95 por ciento de los casos los perros son los transmisores de la rabia.
En América del Norte y Sudamérica, Australia y Europa Occidental, son los murciélagos la principal fuente de infección de la rabia. Respecto a la mortalidad humana por contacto con zorros, mofetas, mapaches, chacales, mangostas u otros carnívoros salvajes infectados la OMS indica que son casos muy raros. 

Síntomas

Las manifestaciones clínicas pueden variar dependiendo de las distintas formas que adopte la enfermedad.  Generalmente el periodo de incubación de la rabia suele ser de uno a tres meses aunque cabe la posibilidad de que oscile entre menos de una semana y más de un año, esto dependerá siempre del punto infectado y la carga vírica.
Entre los síntomas más comunes destacan:
  • Hinchazón o enrojecimiento.
  • Dolor de cabeza.
  • Fiebre.
  • Malestar en general.
  • Náuseas.
Normalmente entre las primeras manifestaciones se encuentra la fiebre.
De entre las diferentes formas que puede tomar la enfermedad, la rabia furiosa, puede presentar signos de hiperactividad, excitación e incluso a veces aerofobia, y puede llegar a producirse la muerte a los días por paro cardiorrespiratorio.
En la otra forma, la rabia paralítica que representa un 30 por ciento de los casos humanos, según  la OMS, sigue un curso diferente aunque generalmente más prologando en la forma de rabia furiosa. Aquí los músculos se van paralizando lentamente empezando por los más cercanos a la mordedura o arañazos.  Hasta que el paciente entra en coma y acaba falleciendo. 

Prevención

La mejor forma de prevenir la rabia, según el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad  y que corrobora la OMS es a través de la inmunización humana preventiva, es decir, vacunarse, administrándose la vacuna.    
En caso de viajar a lugares  de  riesgo, el Ministerio recomienda vacunarse un mes antes de la exposición. Aconseja también que la zona más idónea  donde debe administrarse la vacuna es el área deltoidea; sin embargo, en los niños la parte más aconsejable para vacunar es la parte anterolateral del muslo, nunca en la región glútea. El Ministerio desaconseja esta zona porque puede crear anticuerpos neutralizantes más bajos.
Por último, los expertos advierten que las personas que presenten contraindicaciones  a la vacuna, en concreto aquellas personas que han presentado alguna hipersensibilidad a dosis anteriores, es preferible no administrar la vacuna. 

Tipos

La rabia no presenta clasificación de tipos. 

Diagnóstico

Según la OMS, actualmente no se dispone de pruebas para diagnosticar la infección por rabia en los humanos antes de que aparezcan los síntomas clínicos.
Existen diferentes técnicas para confirmar la rabia en vida y posmorten que permiten detectar el virus entero, antígenos víricos, anticuerpos específicos presentes en el líquido cefalorraquídeo o ácidos nucleicos en tejidos infectados (cerebro, piel) y también en orina y saliva.
Aunque el período de incubación de la rabia suele ser de uno a tres meses, pero puede oscilar entre menos de una semana y más de un año, dependiendo de factores como la localización de la inoculación y la carga vírica, tal y como indica la OMS. 

Tratamientos

El primer tratamiento recomendado consiste en el lavado concienciadamente de la herida durante un mínimo de 15 minutos con agua y jabón, povidona  yodada u otras sustancias que maten el virus de la rabia.
Tras la exposición la profilaxis hace que el tratamiento del infectado se inicie inmediatamente con el fin de impedir que el virus entre en el sistema nervioso central que provocaría una muerte inmediata. El tratamiento incluye la vacuna antirrábica y la aplicación de inmunoglobulina antirrábica en los casos en los que esté indicado.

Otros datos

Situación global y zonas de riesgo

Según la OMS el 40 por ciento de las personas mordidas por animales presuntamente rabiosos son menores de 15 años.
La rabia se ha convertido en un  grave problema de salud en zonas como Bangladesh, Bolivia, China, Ecuador, Etiopía, Méjico, India, Filipinas y Tailandia. Por este motivo los expertos recomiendan que las personas que viajen a países con mayor exposición a la enfermedad debe vacunarse un mes antes de la visita.

¿Cuántas dosis incluye la vacuna?

 La vacunación se podrá administrar en:
PREEXPOSICIÓN: 3 dosis de 1 ml intramuscular los días 0-7-21 ó 28 3 dosis de 0’1 ml intradérmica los días 0-7-21.
POSTEXPOSICIÓN: a) Sin vacunar previamente: 5 dosis de 1 ml intramuscular los días 0-3-7-14-28. b) Vacunado previamente: 2 dosis de 1 ml intramuscular los días 0-3.
Al año más de 15 millones de personas en todo el mundo se vacunan  tras una mordedura.

Si ya me he vacunado, ¿debo ponerme una dosis de recuerdo?

En caso de que vuelva a existir riesgo de exposición en personas que han sido vacunadas puede aplicarse una dosis de “recuerdo”.