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martes, 20 de junio de 2017

SARNA


La sarna está producida por el ácaro Sarcoptes scabiei. Las infestaciones se producen en todo el mundo. La hembra del ácaro cava túneles bajo la capa superior de la piel y deposita sus huevos en surcos. Los ácaros jóvenes (larvas) eclosionan al cabo de pocos días. La infestación causa un prurito intenso, probablemente por una reacción alérgica a los ácaros.

La infestación se transmite fácilmente de persona a persona por contacto físico, por lo que a menudo se contagia toda la familia. Los ácaros humanos viven en fómites, que son objetos físicos, como toallas, ropa de cama y prendas de vestir, desde donde pueden infestar a las personas. Sin embargo, una vez fuera del cuerpo humano, los ácaros no sobreviven mucho tiempo. Los ácaros de los animales pueden transmitirse a los seres humanos y causar prurito, pero no sobreviven mucho tiempo ni requieren tratamiento. Los ácaros que causan la sarna se eliminan con una colada normal (lavadora con agua caliente y a continuación secado en secadora caliente o plancha) o con una limpieza en seco. El principal factor de riesgo son las condiciones de hacinamiento (como en escuelas, albergues, cuarteles y algunos hogares). La sarna no se relaciona con una falta de higiene.

SINTOMAS

La característica más habitual de la sarna es un intenso prurito, que generalmente empeora por la noche. Los surcos de los ácaros a menudo se ven como líneas muy finas de hasta 1 cm de largo, a veces con una diminuta protuberancia en un extremo, correspondiente al ácaro. A menudo, el rascado de los surcos irritados produce una infección bacteriana cutánea (denominada infección secundaria). Otras veces solo se observan diminutos bultos, muchos de los cuales se abren al rascarlos por el picor.
Las protuberancias pueden estar en cualquier parte del cuerpo, incluso en las mamas y el pene. Las protuberancias no aparecen en la cara de los adultos. Aparecen primero en las membranas entre los dedos, las muñecas, la parte interna de los codos, las axilas, en la cintura o en las nalgas. Con el paso del tiempo puede ser difícil ver los surcos, ya que quedan ocultos por la inflamación que provoca el rascado. En climas cálidos aparecen pequeñas protuberancias de color rojo con algunos surcos.
En las personas de ascendencia africana o de piel oscura, la sarna puede causar áreas firmes y elevadas. En los lactantes se afectan las palmas de las manos, las plantas de los pies, la cara y el cuero cabelludo, especialmente detrás de las orejas. En los ancianos, la sarna causa prurito intenso, pero síntomas cutáneos muy leves, lo que dificulta el diagnóstico.
Entre las personas que pueden desarrollar una infestación grave se incluyen:
  • Las personas con un sistema inmunitario debilitado (como consecuencia de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana [VIH], las neoplasias hematológicas [cánceres de la sangre] o el uso crónico de corticoesteroides u otros medicamentos que inhiben el sistema inmunitario)
  • Las personas con discapacidades físicas graves o discapacidad intelectual
  • Los aborígenes australianos
Las infestaciones graves causan grandes áreas de piel engrosada y con costra (sobre todo en las palmas de las manos y las plantas de los pies en los adultos y en el cuero cabelludo en los niños) que no provocan picor.

DIAGNOSTICO
  • Evaluación por un médico
  • raspados de Burrow
Por lo general, todo lo que se necesita para establecer el diagnóstico de la sarna es prurito y el aspecto de las protuberancias y de los surcos. A veces se usa una lupa para ampliar la piel y hacer más visibles los surcos. Sin embargo, a menudo el médico confirma la presencia de ácaros, sus huevos o heces realizando un raspado de las protuberancias o surcos para su observación al microscopio.

TRATAMIENTO

  • Crema de permetrina o loción de lindano
  • A veces, ivermectina
En los niños mayores y en los adultos, la sarna se cura mediante la aplicación de una crema que contenga permetrina o una loción que contenga lindano por todo el cuerpo, desde el cuello hacia abajo, y un lavado después de 8 a 14 horas. Este tratamiento se repite pasada 1 semana.
En los lactantes y los niños pequeños se aplica permetrina en la cabeza y el cuello, evitando la piel alrededor de los ojos y la boca, y en todo el cuerpo. Se tienen que tratar a fondo los pliegues cutáneos, las uñas de las manos y de los pies, y ombligo. Pueden colocarse manoplas a los niños para evitar la entrada de permetrina en la boca.
No se recomienda el lindano en los menores de 2 años, las mujeres embarazadas o lactantes, ni las personas con un trastorno convulsivo, por sus posibles efectos secundarios tóxicos.
La administración de ivermectina por vía oral en dos dosis administradas con 1 semana de intervalo también resulta eficaz en las personas que no muestran respuesta o no pueden recibir fármacos directamente sobre la piel, y es especialmente útil para el tratamiento de infestaciones graves en caso de tener un sistema inmunitario débil.
Incluso después de un tratamiento exitoso para erradicar los ácaros, el prurito y las protuberancias pueden persistir hasta 3 semanas, debido a la reacción alérgica continuada a los cuerpos de los ácaros, que permanecen en la piel durante algún tiempo. El prurito puede tratarse con una crema de corticoesteroides suaves, antihistamínicos tomados por vía oral o ambos. En algunas ocasiones, la irritación de la piel y los arañazos profundos provocan una infección bacteriana que puede requerir antibióticos por vía oral.
También deben tratarse los familiares y los que han tenido contacto corporal directo, como relaciones sexuales, con una persona con sarna. Las prendas de vestir, las toallas y la ropa de cama utilizadas durante los días previos deben lavarse con agua caliente y secarse en una secadora a alta temperatura, lavarse en seco o colocarse en una bolsa de plástico cerrada durante al menos 3 días.