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jueves, 15 de junio de 2017

NEUMONIA


.La neumonía es una infección que se manifiesta en uno de los pulmones o en ambos y puede producirse a causa de hongos, bacterias o virus. La neumonía provoca inflamación en los sacos de aire de los pulmones, también denominados alvéolos, que se llenan de líquido o pus y, como consecuencia, resulta difícil respirar. Los síntomas de la neumonía pueden variar de leves a potencialmente mortales; de hecho, la neumonía provoca más muertes en el mundo que cualquier otra enfermedad. La gravedad de la neumonía depende, normalmente, de la causa que genera la inflamación o del tipo de organismo que la provoca. También depende de la edad de la persona y de su estado de salud general.
TIPOS
Existen cinco tipos principales de neumonía:

Neumonía bacteriana

Este tipo de neumonía puede afectar a una persona de cualquier edad y puede presentarse por sí sola o luego de un resfriado o una gripe graves. La causa más común de la neumonía bacteriana es la bacteria Streptococcus pneumoniae, aunque también pueden provocarla las bacterias Chlamydophila pneumoniae o Legionella pneumophila. La neumonía causada por Pneumocystis jiroveci se presenta, en ocasiones, en personas cuyo sistema inmunitario se encuentra debilitado debido a enfermedades tales como el SIDA o el cáncer.

Neumonía vírica

En la mayoría de los casos, los virus respiratorios pueden causar neumonía, especialmente en los niños pequeños y en las personas mayores. Por lo general, la neumonía no es grave y dura poco tiempo. Sin embargo, el virus de la gripe puede hacer que la neumonía vírica sea grave o mortal. Es especialmente dañina para las mujeres embarazadas o las personas con problemas cardíacos o pulmonares; además, las invasiones de bacterias pueden causar complicaciones en la neumonía vírica.

Neumonía por micoplasma

Los micoplasmas no son virus ni bacterias, pero tienen características que son comunes a ambos; son los agentes más pequeños que provocan enfermedades en los seres humanos. Por lo general, los micoplasmas provocan casos leves de neumonía, más frecuentemente en niños mayores y en adultos jóvenes.

Otros tipos de neumonía

Muchos otros tipos de neumonía afectan a personas que tienen sistemas inmunitarios debilitados. La tuberculosis y la neumocistosis (PCP) afectan, generalmente, a las personas que padecen SIDA. De hecho, la PCP puede ser uno de los primeros signos de la enfermedad en las personas con SIDA.
Los tipos menos comunes de neumonía también pueden ser graves. La neumonía puede generarse por la inhalación de alimentos, polvo, líquido o gas y por diversos hongOS

RIESGOS
Ninguna persona es inmune a la neumonía, pero existen determinados factores que pueden incrementar el riesgo; por ejemplo,
  • si una persona ha sufrido un accidente cerebrovascular previamente o si tiene dificultades para tragar. Las personas que han sufrido un accidente cerebrovascular, tienen dificultades para tragar o se encuentran postradas en una cama pueden contraer neumonía con facilidad.
  • la edad: los bebés, desde que nacen y hasta los dos años, se encuentran en riesgo de contraer neumonía, al igual que las personas a partir de los 65 años de edad.
  • tener un sistema inmunitario debilitado: en este grupo, se encuentran las personas que toman medicamentos (esteroides y contra el cáncer) que debilitan el sistema inmunitario y las personas con VIH, SIDA o cáncer.
  • consumo excesivo de drogas: se trata de las personas que consumen alcohol y fuman excesivamente.
  • determinadas afecciones médicas: las enfermedades como el asma, la fibrosis quística, la diabetes y la insuficiencia cardíaca incrementan el riesgo de contraer neumonía.
SÍNTOMAS

Los síntomas generales de la neumonía bacteriana pueden aparecer rápidamente y, entre ellos, se encuentran los siguientes:
  • dolor en el pecho
  • escalofríos con temblores
  • fiebre
  • tos seca
  • dolores musculares
  • náuseas/vómitos
  • respiración rápida
  • taquicardia
  • dificultad para respirar
Algunos síntomas pueden indicar la necesidad de recibir atención médica de emergencia. Entre estos síntomas, se incluyen los siguientes:
  • piel con tono azulado (que indica la falta de oxígeno)
  • sangre en el esputo (mucosidad que se elimina al toser)
  • dificultad para respirar
  • fiebre alta (39,5 °C o más)
  • confusión
  • taquicardia
 DIAGNOSTICO

La neumonía puede pasar desapercibida fácilmente como causa de una enfermedad porque, generalmente, es similar a un resfriado o una gripe. Sin embargo, generalmente dura más tiempo y los síntomas parecen más graves en relación con los que se presentan en esas otras afecciones.

Antecedentes médicos detallados

Para determinar si un paciente tiene neumonía, los médicos suelen formular preguntas vinculadas con los signos y síntomas que el paciente manifiesta, por ejemplo:
  • ¿Qué síntomas tiene y cuándo comenzaron?
  • ¿Qué actividades realizó y adónde viajó recientemente?
  • ¿Estuvo en contacto con animales en este tiempo?
  • ¿Estuvo recientemente en contacto con personas enfermas?
  • ¿Qué afecciones médicas tuvo en el pasado y cuáles tiene en la actualidad?
  • ¿Qué medicamentos toma actualmente?
  • ¿Ha fumado alguna vez o fuma?
  • ¿Le han aplicado alguna vacuna o ha tenido alguna enfermedad hace poco?

Exploración física

Si durante la inhalación se oyen ruidos chasqueantes o burbujeantes en el pecho, esto indica, generalmente, que la persona tiene neumonía. La sibilancia también puede estar presente entre los síntomas. Además, es probable que el médico tenga dificultades para escuchar los sonidos normales de la respiración del paciente en diferentes áreas del pecho.

Pruebas de diagnóstico

Para determinar si hay infección en los pulmones, puede indicarse la realización de una radiografía de tórax; sin embargo, esta radiografía no indicará qué tipo de neumonía tiene el paciente. Los análisis de sangre pueden mostrar con más exactitud el tipo de neumonía que el paciente presenta y son necesarios para determinar si la infección se encuentra en el torrente sanguíneo.

Otras pruebas

Asimismo, pueden indicarse otras pruebas, como las siguientes:
  • Tomografía computarizada (TC) del tórax: una TC es similar a una radiografía, pero las imágenes que se obtienen con este método son mucho más detalladas. Esta prueba indolora proporciona un panorama claro y preciso del pecho y los pulmones.
  • Análisis de esputo: mediante este análisis, se examina el esputo (la mucosidad que se elimina al toser) para determinar de qué tipo de neumonía se trata.
  • Análisis del líquido pleural: si hay líquido visible en el espacio pleural (el espacio que se encuentra entre el tejido que recubre la parte externa de los pulmones y el interior de la cavidad del pecho), puede tomarse una muestra de líquido para determinar si la neumonía es bacteriana o vírica.
  • Pulsioximetría: esta prueba mide el nivel de saturación de oxígeno en la sangre mediante un pequeño sensor que se coloca en el dedo del paciente. La neumonía puede impedir la oxigenación normal de la sangre.
  • Broncoscopía: cuando los antibióticos no dan resultado, se recurre a este método para visualizar las vías respiratorias dentro de los pulmones y determinar si las vías respiratorias obstruidas guardan relación con la neumonía.

TRATAMIENTO

El tipo de tratamiento que se indica para la neumonía depende, principalmente, del tipo de neumonía y de la gravedad. En muchos casos, la neumonía puede tratarse en el hogar.

Tratamiento general

El tratamiento habitual de la neumonía incluye tomar todos los medicamentos recetados y continuar con la atención médica de seguimiento. Asimismo, puede indicarse una radiografía de tórax para verificar si se aplicó el tratamiento adecuado para tratar la neumonía.

Tratamiento de la neumonía bacteriana

Para tratar este tipo de neumonía, se utilizan antibióticos, que deben tomarse tal como indica el médico. Si se interrumpe la toma de antibióticos antes de completar el tratamiento, la neumonía puede volver a aparecer. La mayoría de las personas mejoran entre el primer y tercer día de haber iniciado el tratamiento.

Tratamiento de la neumonía vírica

Los antibióticos no resultan útiles si la causa de la neumonía es un virus. Sin embargo, los medicamentos antivíricos pueden ayudar a tratar la afección. Por lo general, los síntomas mejoran entre la primera y tercera semana.