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sábado, 1 de julio de 2017

ENFERMEDAD DE MENIERE


¿Qué es la enfermedad de Ménière?

En el siglo XIX, el francés Prosper Ménière fue quien señaló que los síntomas de este padecimiento provenían del oído interno, al estudiar mediante autopsia a una señorita que presentaba dichos síntomas. En su honor, se llama a esta enfermedad por su apellido.
El oído interno se compone de dos partes bien diferenciadas: por un lado el caracol o cóclea, que se encarga del sentido de la audición, y por otro lado, el laberinto, que está compuesto por una serie de conductos orientados en las tres direcciones del espacio, siendo el encargado del equilibrio periférico. Dentro del caracol y del laberinto existe un líquido llamado endolinfa.
La enfermedad de Ménière se produce por un aumento en la cantidad del líquido (endolinfa) que circula por el interior del oído interno, es decir, por el interior del caracol y del laberinto, ocasionando un aumento de la presión en el oído interno. Esto es debido a que el líquido que se va produciendo no se reabsorbe convenientemente.

¿Cuál es la causa de la enfermedad de Ménière?

La enfermedad de Ménière puede darse tanto en hombres como mujeres, desde la juventud a la vejez, aunque es más frecuente sobre los 40 años. La causa exacta de este proceso no se conoce, pero hay ciertas alteraciones anatómicas y ciertos factores que favorecen su aparición.
Se pueden producir alteraciones en la anatomía del laberinto donde se produce la endolinfa y también se producen alteraciones por algunos procesos alérgicos; en las glándulas endocrinas; por enfermedades de los vasos sanguíneos y también por una disposición psíquica especial de determinadas personas que tienden a producirse síntomas en sí mismos, y a tener orientaciones obsesivas.

¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad de Ménière?

Vértigo

El vértigo es un cuadro muy desagradable e incapacitante. Se presenta de pronto y se repite una y otra vez, sin ningún tipo de cadencia. Evoluciona en brotes, con períodos de normalidad entre ellos. Puede presentarse todos los días, o con períodos de normalidad de semanas, meses, e incluso de años. Los brotes de vértigo suelen durar entre media hora y cinco horas, aunque los más intensos pueden durar hasta diez y doce horas, o incluso más tiempo. Hacen inválido al paciente para todo y requieren un reposo de la cabeza, ya que el más mínimo movimiento aumenta extraordinariamente el vértigo. El brote suele estar precedido por una sensación de plenitud, o de congestión del oído, ruido de oído, sordera o malestar. Con el vértigo se produce una sensación parecida a como si todo lo de alrededor girara muy deprisa, se pierde el equilibrio bruscamente, y el paciente se tiene que agarrar a algo, o a alguien, para no caerse al suelo.
El vértigo puede aparecer en cualquier momento y en cualquier actividad, pudiéndose presentar durante el sueño, lo que provoca que el paciente se despierte. Suele estar acompañado de palidez, sudor frío, postración, náuseas, vómitos, aumento de los latidos cardíacos, aumento de la respiración, e incluso diarrea. Se produce, también, un movimiento intenso de los ojos, con visión borrosa, aunque nunca se llega a perder la conciencia. El brote crea una gran sensación de angustia. Una vez desaparece el brote, de forma relativamente rápida aunque no tanto como su aparición, deja al enfermo muy tranquilo: suele quedarse dormido y cuando despierta se suele encontrar muy bien, aunque puede quedarle durante unos días una sensación de desequilibrio poco importante. Está comprobado que la ansiedad y el estrés desencadenan los brotes. En los primeros años de la enfermedad, los brotes son más frecuentes e intensos y con el paso del tiempo van disminuyendo, llegando, en algunos casos, a estabilizarse y desaparecer. Si la angustia y el temor se hacen dueño del individuo, pueden llevarle a una incapacidad laboral y social.

Sordera

La sordera aparece, a veces, antes que el vértigo, aunque generalmente se producen conjuntamente. La sordera es progresiva, va aumentado a lo largo de la enfermedad. Tiene una característica propia, que es la de ser fluctuante, es decir, a veces oirá mejor y en otras ocasiones oirá peor, sobre todo si tiene los brotes de vértigo. La sordera comienza por los sonidos más graves, como la voz masculina y los sonidos relacionados con vibraciones. Posteriormente, va afectando también a los sonidos agudos, como la música y la mayoría de los ruidos ambientales. En algunos casos, se puede llegar a perder completamente la sensación de oír. Los ruidos intensos suelen ser molestos, intolerables y dolorosos. Durante el brote, se produce un cambio en la forma en que se oye, teniendo la sensación de que los sonidos son metálicos.

Ruido de oído

El ruido de oído se conoce como acúfeno o tinnitus, y suele preceder al brote de vértigo. En cuanto a su percepción, es muy variable, puede variar en intensidad y en tono. El tono puede estar en la zona de los sonidos de tipo grave, o en la de los sonidos agudos. Normalmente es continuo, pero puede desaparecer durante temporadas; lo que es constante es que aparece siempre que se produce el vértigo. El paciente manifiesta el ruido de oído como un zumbido, un siseo, o un chorro de vapor.
Todos estos síntomas se producen por el aumento de presión en el caracol y el laberinto.

¿Cómo se diagnostica la enfermedad de Ménière?

Se llega al diagnóstico de la enfermedad de Ménière por los tres síntomas que presenta: el vértigo, la sordera y el ruido de oído. Siempre deben presentarse los tres conjuntamente. A veces, para llegar al diagnóstico puede necesitarse mucho tiempo, meses o años, para completar todos los síntomas. Éstos se presentan en un oído y, con el paso del tiempo, pueden aparecer en el otro, ya que la enfermedad puede afectar a ambos con diferente intensidad.
Mediante una serie de pruebas, que se realizan cuando el individuo no tiene los síntomas, se comprueban la sordera y el desequilibrio.
  • La audiometría mide la cantidad de sonidos que se pueden oír a través del aire y a través del hueso. Para su realización, se coloca al individuo dentro de una cabina a prueba de ruidos, se le colocan unos cascos y se le envían sonidos a diferentes intensidades y frecuencias.
  • Se pueden medir los movimientos del ojo (nistagmografía), que podemos provocar de diferentes maneras.
  • Se constata el desequilibrio del cuerpo, con pruebas sencillas de conservación del equilibrio, en diferentes circunstancias.
  • Las pruebas calóricas se efectúan poniendo en el interior del conducto del oído calor o frío, introducido como agua o aire, caliente o frío. Las pruebas calóricas provocan un vértigo en el individuo que nos permite conocer la sensación que le produce, la duración, el movimiento de los ojos y otros síntomas, como las náuseas. En la enfermedad de Ménière, el paciente, durante la realización de las pruebas calóricas, tiene la misma sensación de vértigo que tiene durante un brote de la enfermedad, pero de muchísima menor intensidad.
  • También se realiza un TAC (tomografía axial computarizada), para descartar otras enfermedades que producen vértigo, sordera y ruido de oído.

¿Qué otras enfermedades pueden producir vértigo?

  • Los problemas de las cervicales, con artrosis muy evolucionadas.
  • Los mareos del anciano, producidos por la mala circulación de la sangre, a la altura de la cabeza.
  • Los trastornos del metabolismo y la tensión arterial, como el aumento del azúcar en sangre (diabetes), el aumento del colesterol y otras grasas (triglicéridos), el aumento del ácido úrico, así como el aumento de la tensión arterial (hipertensión).
  • Problemas de la vista con empeoramiento de la visión.
  • Los mareos que provienen del cerebro, por diferentes causas, muchas veces de origen circulatorio.
  • En relación con el oído, los tumores del nervio del oído, las otitis crónicas de muchos años de evolución, algunas sorderas que no han tenido tratamiento, inflamaciones del nervio del equilibrio y algunas alteraciones del laberinto.

¿Cómo se trata la enfermedad de Ménière?

Con medicinas

El tratamiento médico del brote de vértigos consiste en el reposo en cama y en la oscuridad, manteniendo los ojos cerrados. Se debe informar al paciente de que, aunque el brote de vértigo es realmente malo, no hay temor en cuanto a riesgo de muerte. Esta información elimina la angustia y de esta manera se disminuye el sufrimiento que conlleva. Se administran sedantes del desequilibrio, pero lo más efectivo es sedar al paciente profundamente.

Con cirugía

El tratamiento mediante cirugía es el único que puede eliminar definitivamente el vértigo, pero sólo debe emplearse cuando la enfermedad ha evolucionado mucho y el paciente presente sordera importante y persistencia notable del resto de los síntomas.. Es el propio paciente el que tiene que decidir cuando se opera, en función de lo frecuente que sean los brotes de vértigo, de la intensidad de estos brotes, y de su propia angustia y sufrimiento.
La intervención en la enfermedad de Ménière se realiza en la actualidad mediante dos métodos: uno de ellos es la destrucción del laberinto (laberintectomía), y el otro consiste en cortar el nervio del equilibrio que proviene del oído (neurectomía vestibular).
La destrucción del laberinto también conlleva la destrucción del caracol, que es el órgano con el que oímos, por lo que se produce una sordera total en ese oído; por tanto, debe realizarse cuando ese oído tenga una sordera muy importante y ya no sirva para oír. La destrucción del laberinto puede hacerse eliminando el hueso donde está metido el oído interno, o destruirlo con gotas en el oído de medicamentos que dañan el oído interno, como los antibióticos muy tóxicos.
La operación de cortar el nervio del equilibrio del oído tiene la ventaja de que respeta la capacidad de oír por ese oído.

Consejos importantes

La persona que haya sido diagnosticada de enfermedad de Ménière deberá tener un determinado estilo de vida para eliminar el estrés, y deberá descansar suficientemente. Tiene que saber que esta enfermedad puede controlarse con medicación. Algunos medicamentos actúan sobre la circulación de la sangre en los vasos, muy pequeños, del oído interno, y otras medicinas lo hacen eliminando líquido del interior del oído. Hay también medicamentos para suprimir los síntomas que produce el malestar. El paciente debe reducir la cantidad de sal en su dieta y disminuir la cantidad de café. El único consuelo que puede darse es que los brotes de vértigo son, a lo largo de su evolución, cada vez menos frecuentes y menos intensos. Una consecuencia de la enfermedad de Ménière es la pérdida del oído, aunque hayan desaparecido los brotes de vértigo.